El Atletico logra una gran victoria en Huelva en el estreno de Abel
El Kun Aguero marco a los dos minutos y un doblete de Forlan redonde la goleada
Dos goles de Forlán y uno de Agüero sirvieron para rubricar en Huelva un excelente triunfo de un gran Atlético de Madrid, que se reencontró con el triunfo después de siete partidos sin ganar, justo los que se habían jugado en 2009, cinco de Liga y dos de Copa del Rey.
El conjunto de Abel Resino volvió a mostrarse como un equipo intratable, con un portero y una defensa sobrios, un centro del campo generoso en el esfuerzo y que creó las oportunidades para una pareja de ataque letal que no perdonó a su rival.
Abel Resino ya había señalado en la previa del partido que quería cambiar muchas cosas pero que para ver todo lo que deseaba modificar tendría que ser poco a poco. Por lo pronto, en el once inicial hubo tres cambios en relación al equipo que cayó derrotado ante el Valladolid: Ujfalusi por Heitinga, Sinama-Pongolle por el sancionado Maxi y Antonio López en lugar del lesionado Simão.
Pero otro cambio notable que se vio desde el principio fue que el equipo rojiblanco ahogaba a su rival al tirar la línea de defensas más lejos de Leo Franco. Eso y que cada vez que el Atlético manejaba el balón en ataque era peligro seguro. Ya en el primer minuto de juego Agüero avisó al conjunto local con un centro que atajó Riesgo.
A la segunda llegó el tanto rojiblanco. Sinama-Pongolle robó un balón, se fue por velocidad, regateó a su marcador y puso el esférico en la cabeza del Kun para que colocara el 0-1 en el minuto 2. Así, el argentino rompía una racha negativa cara al gol que había durado mes y medio. Pero no era sólo que había vuelto a encontrar el gol, sino que había vuelto la conexión con Forlán como se pudo ver durante todo el primer tiempo.
El Recreativo intentó reaccionar tras el mazazo que había supuesto ese gol tan tempranero y lo hizo aprovechando un balón en largo que Adrián Colunga quiso colocar por encima de Leo Franco al cuarto de hora de partido, pero que salió rozando el poste derecho del portal rojiblanco. Fue un espejismo para los blanquiazules, un oasis en el desierto porque sólo disfrutaron de dos ocasiones en el primer acto.
La conexión entre el uruguayo y el argentino estaba bien hecha. Los dos se entendieron a la perfección en este partido y fueron los que ejecutaron el buen trabajo de todo el equipo. El aviso de lo que iba a llegar se produjo en el minuto 20, cuando Agüero cedió a Forlán en el área pequeña, pero no controló el charrúa y se perdió la ocasión. Sin embargo, la siguiente ocasión en la que hicieron diabluras, el balón se fue para la jaula. El uruguayo roba un balón, cede al Kun y éste le da un pase entre los defensas que le habilita. El resto, como sabe hacer Forlán, definir con categoría, casi sin ángulo elevando el balón por encima de Riesgo. Ese tanto, a los 27 minutos, dejaba muy tocado al Decano del fútbol español, pero la puntilla llegó pasada la media hora, con los mismos protagonistas; pase de Agüero que resuelve con clase y acierto el charrúa. El 0-3 a la media hora de partido era algo inesperado a priori, pero tal y como estaba jugando el Atlético era más que justo, porque suyo era el balón, el control y las ocasiones.
No obstante, entre el segundo y el tercer gol Pernía salvó un balón que buscaba la red tras un cabezazo de Nef. Fue la segunda y última ocasión albiazul en el primer acto.
De todas formas, se vio a un Atlético muy compacto, serio, solidario y comprometido, que fue muy superior en todo momento a su rival y que dejó sentenciado el partido en el primer tiempo.
Tras el descanso, el decorado no cambió lo más mínimo. El Atlético se dedicó a controlar el balón, a manejar los tiempos del partido y a buscar la portería local para aumentar la ventaja en el marcador. Así, Antonio López pudo hacer el cuarto, pero un defensa envió al córner el balón. Y Raúl García, por dos veces, buscó el gol con ahínco. Primero con un centro-chut que se paseó por la línea de gol y después con un lanzamiento desde el círculo central que salió rozando el poste.
Pasaban los minutos y el monólogo seguía. Estaba más cerca el cuarto gol rojiblanco que el del honor del Recreativo y el Kun lo tuvo tras una jugada con Sinama-Pongolle, pero el fenomenal disparo desde la frontal se perdió rozando una cruceta.
Y lo peor para el Recreativo es que cuando lograba acercarse a las inmediaciones de la portería rojiblanca ahí estaba Leo Franco para abortar cualquier atisbo de gol del equipo de Lucas Alcaraz. El argentino realizó tres intervenciones soberbias que dejaron su portería a cero.
En resumen, gran partido del Atlético de Madrid, que mostró una imagen sensacional en todas sus líneas y regresó a la senda del triunfo con una goleada a domicilio.
El conjunto de Abel Resino volvió a mostrarse como un equipo intratable, con un portero y una defensa sobrios, un centro del campo generoso en el esfuerzo y que creó las oportunidades para una pareja de ataque letal que no perdonó a su rival.
Abel Resino ya había señalado en la previa del partido que quería cambiar muchas cosas pero que para ver todo lo que deseaba modificar tendría que ser poco a poco. Por lo pronto, en el once inicial hubo tres cambios en relación al equipo que cayó derrotado ante el Valladolid: Ujfalusi por Heitinga, Sinama-Pongolle por el sancionado Maxi y Antonio López en lugar del lesionado Simão.
Pero otro cambio notable que se vio desde el principio fue que el equipo rojiblanco ahogaba a su rival al tirar la línea de defensas más lejos de Leo Franco. Eso y que cada vez que el Atlético manejaba el balón en ataque era peligro seguro. Ya en el primer minuto de juego Agüero avisó al conjunto local con un centro que atajó Riesgo.
A la segunda llegó el tanto rojiblanco. Sinama-Pongolle robó un balón, se fue por velocidad, regateó a su marcador y puso el esférico en la cabeza del Kun para que colocara el 0-1 en el minuto 2. Así, el argentino rompía una racha negativa cara al gol que había durado mes y medio. Pero no era sólo que había vuelto a encontrar el gol, sino que había vuelto la conexión con Forlán como se pudo ver durante todo el primer tiempo.
El Recreativo intentó reaccionar tras el mazazo que había supuesto ese gol tan tempranero y lo hizo aprovechando un balón en largo que Adrián Colunga quiso colocar por encima de Leo Franco al cuarto de hora de partido, pero que salió rozando el poste derecho del portal rojiblanco. Fue un espejismo para los blanquiazules, un oasis en el desierto porque sólo disfrutaron de dos ocasiones en el primer acto.
La conexión entre el uruguayo y el argentino estaba bien hecha. Los dos se entendieron a la perfección en este partido y fueron los que ejecutaron el buen trabajo de todo el equipo. El aviso de lo que iba a llegar se produjo en el minuto 20, cuando Agüero cedió a Forlán en el área pequeña, pero no controló el charrúa y se perdió la ocasión. Sin embargo, la siguiente ocasión en la que hicieron diabluras, el balón se fue para la jaula. El uruguayo roba un balón, cede al Kun y éste le da un pase entre los defensas que le habilita. El resto, como sabe hacer Forlán, definir con categoría, casi sin ángulo elevando el balón por encima de Riesgo. Ese tanto, a los 27 minutos, dejaba muy tocado al Decano del fútbol español, pero la puntilla llegó pasada la media hora, con los mismos protagonistas; pase de Agüero que resuelve con clase y acierto el charrúa. El 0-3 a la media hora de partido era algo inesperado a priori, pero tal y como estaba jugando el Atlético era más que justo, porque suyo era el balón, el control y las ocasiones.
No obstante, entre el segundo y el tercer gol Pernía salvó un balón que buscaba la red tras un cabezazo de Nef. Fue la segunda y última ocasión albiazul en el primer acto.
De todas formas, se vio a un Atlético muy compacto, serio, solidario y comprometido, que fue muy superior en todo momento a su rival y que dejó sentenciado el partido en el primer tiempo.
Tras el descanso, el decorado no cambió lo más mínimo. El Atlético se dedicó a controlar el balón, a manejar los tiempos del partido y a buscar la portería local para aumentar la ventaja en el marcador. Así, Antonio López pudo hacer el cuarto, pero un defensa envió al córner el balón. Y Raúl García, por dos veces, buscó el gol con ahínco. Primero con un centro-chut que se paseó por la línea de gol y después con un lanzamiento desde el círculo central que salió rozando el poste.
Pasaban los minutos y el monólogo seguía. Estaba más cerca el cuarto gol rojiblanco que el del honor del Recreativo y el Kun lo tuvo tras una jugada con Sinama-Pongolle, pero el fenomenal disparo desde la frontal se perdió rozando una cruceta.
Y lo peor para el Recreativo es que cuando lograba acercarse a las inmediaciones de la portería rojiblanca ahí estaba Leo Franco para abortar cualquier atisbo de gol del equipo de Lucas Alcaraz. El argentino realizó tres intervenciones soberbias que dejaron su portería a cero.
En resumen, gran partido del Atlético de Madrid, que mostró una imagen sensacional en todas sus líneas y regresó a la senda del triunfo con una goleada a domicilio.