Media hora de charla en la caseta. Algo habitual cada lunes en la Ciudad Deportiva, pero que cobra especial importancia tras una sonrojante derrota como la del domingo. Quique Sánchez Flores y su cuerpo técnico reunieron a sus hombres y les hicieron ver su descontento por la imagen ofrecida en Palma de Mallorca. El técnico estaba disgustado por la actitud ofrecida por el conjunto, muy lejana de la necesaria para seguir escalando posiciones en la tabla y pensar que Europa es posible.

El técnico lanzó un serio aviso a sus hombres: no se puede repetir una debacle como la de Son Moix y si llega otra, habrá consecuencias. Quiere que la plantilla esté involucrada en la Liga y aparque la final de la Copa y la Europa League. Sólo así podrán llegar buenos resultados en las otras dos competiciones.

Por su parte, el vestuario aceptó las críticas del técnico. Los jugadores son los primeros en saber que ni hicieron bien las cosas y que no encararon el partido como deberían haberlo hecho. Peró entienden que sólo se trata de un accidente dentro de la buena línea que estaba atravesando el equipo en las últimas semanas, con mejora clasificatoria en Liga y pasando rondas en la segunda competición continental.

El vestuario cree que el cansancio del equipo fue el principal motivo para caer de esa manera en Mallorca. Jugaron el lunes ante Osasuna, el jueves en Lisboa y el domingo en Mallorca prácticamente los mismos. Y eso, pasó fatcura en la isla.