El Atlético de Madrid lo tuvo todo a favor, pero en una jugada aislada el Mallorca sorprendió a los de Javier Aguirre, que acabaron perdiendo dos puntos. No se le pudo poner el partido más de cara a los rojiblancos cuando en el minuto 15 Fernando Torres batía a Moya, pero nada más comenzar la segunda parte Arango dejaba mudo al Vicente Calderón llegando desde atrás. El zarpazo del venezolano, pese a que había mucho tiempo por delante, dejó seco de ideas a un Atleti que fue incapaz de encontrar de nuevo la portería del Mallorca. El Mallorca planteó el encuentro con el claro objetivo de ahogar el juego de los rojiblancos en el centro del campo. La apuesta de Gregorio Manzano, que empezó dando frutos, saltó por los aires en cuanto Jurado encontró un hueco en la defensa mallorquinista. Su milimétrico pase rompió la línea en mil pedazos y Fernando Torres remató la faena a lo grande elevando el balón con sutileza por encima de Moyá. El tempranero gol del Atlético calmó el juego del equipo de Javier Aguirre, que antes del descanso se acercó un puñado de veces con peligro al área de Moyá. Mista, novedad en el once, completó una notable primera parte, generando los mejores ataques del Atleti. Sin embargo, el último pase nunca fue tan brillante como el que originó el gol de Torres. Muchas llegadas, pero poco remate. El Mallorca se encomendó a Ibagaza para inquietar a Leo Franco y siempre que pudo se lanzó al ataque, pero en toda la primera parte originó una ocasión peligrosa de verdad. Pablo y Fabiano Eller rechazaron todo lo que llegaba por alto, y cuando no lo lograron los atacantes del equipo de Manzano no afinaron como es debido. Manzano cerró las dos bandas y Galletti y Antonio López apenas se acercaron a la línea de fondo. Casi todo el juego se desarrollaba por el centro, donde Mista aparecía siempre con buen criterio. Fernando Torres no le iba a la zaga y tenía a los cuatro defensas del Mallorca en guardia de manera permanente. Sin embargo, el Atleti no culminaba las jugadas con buenos remates; y cuando buscó la portería, Moyá apenas se vio inquietado. El Atlético parecía tener el partido bajo control, pero nada más comenzar la segunda parte Arango le gana la partida a Perea y batía desde cerca de Leo Franco. Javier Aguirre tardó lo justo en mover el banquillo, dando entrada a Agüero y retirando a Gabi. Poco después el mexicano daba una vuelta más de tuerca apostando por Fernando Marqués. El juego, con tablas en el marcador, se ensució en exceso, con tánganas constantes e interrupciones del juego que en nada ayudaban al Atlético. El Mallorca salía beneficiado con esta dinámica, pues con el paso de los minutos los de Manzano se encerraban más y más. En el minuto 69 Antonio López colocó el balón en el cabeza de un Agüero que entró con fuerza desde atrás, pero el balón se fue algo desviado. El Atlético se acercaba al área del Mallorca, pero sin muchas ideas pese al arsenal ofensivo que tenía en el campo. El partido llevaba muchos minutos embarullado. El balón iba de un lado a otro del campo, pero sin control alguno. Fernando Torres se metió hasta dentro en el 84, pero Agüero remató en una posición demasiado forzada. Poco después le pasó lo mismo a Mista y así se consumió un partido que el Atlético de Madrid no sentenció cuando debió hacerlo.