La gran familia rojiblanca ha despedido entre lágrimas a Luis Aragonés. Cuesta aceptar la marcha de uno de los mejores jugadores de nuestro Club. Un hombre que será siempre recordado por su manera de entender el fútbol, su firme entrega a este deporte, su filosofía y por su incondicional predilección por el Atlético, sus colores y su afición. Que fueron, según sus propias palabras, “prácticamente mi vida”.

Cientos de aficionados colchoneros y del fútbol, en general, se congregaron este jueves 6 de febrero en la Basílica Hispanoamericana Nuestra Señora de la Merced para rendir un emocionante último adiós al 'Sabio de Hortaleza'. El templo elegido para celebrar la misa funeral en memoria del consagrado jugador, entrenador y seleccionador de fútbol, se quedó pequeño para la despedida. Sobrecogido por un mar de sentimientos arrojados al cielo, por la desaparición de aquél que nos enseño el verdadero potencial de nuestro fútbol y el de nuestros futbolistas.

  

Al acto religioso, oficiado por el obispo auxiliar de Madrid D. César Augusto Franco Martínez, acudió la directiva del Atlético al completo, encabezada por su presidente Enrique Cerezo y por su consejero delegado de la entidad Miguel Ángel Gil. El Consejo de Administración estuvo acompañado por los jugadores y el cuerpo técnico de la primera plantilla y por todas las secciones que conforman nuestro Club. Fundación, Academia, Féminas, Senado, Colectivo de Veteranos y ex jugadores del Atlético, Agrupación de Peñas y resto de trabajadores y empleados de la entidad.

También estuvieron presentes el delegado del Área de Gobierno de Las Artes, Deportes y Turismo, Pedro María Corral Corral; Vicente Temprado, presidente de la Federación Madrileña de Fútbol; Javier Tebas, presidente de la Liga Nacional de Fútbol Profesional (LFP), y representantes de diferentes instituciones, equipos de primera y segunda división, entre otros.

La familia y amigos del veterano rojiblanco agradecieron personalmente cada una de las muestras de cariño que han recibido durante la última semana. Se nos ha ido Luis Aragonés, pero queda su leyenda. Un mito que pervivirá en nuestro historia para siempre. Ya sólo nos queda ganar. Ganar y ganar, y ganar, y volver a ganar. Ganar, y ganar, y ganar. Eso es el fútbol, señores.

Hasta siempre, ‘Zapatones’.