Diego Pablo Simeone se puso el chándal y dirigió su primer entrenamiento de la primera plantilla rojiblanca en la vuelta al trabajo del equipo tras las vacaciones de Navidad. Y lo hizo ante unos 5.000 aficionados entregados a la causa en el regreso a casa de uno de los héroes del Doblete del 96.

Primero saltaron al terreno de juego los jugadores para después hacerlo el cuerpo técnico y, finalmente, el nuevo entrenador. Los aficionados, que algunos esperaron en la puerta 26 desde las cinco de la tarde, hora y media antes del inicio de la sesión, vitorearon al nuevo entrenador cuando apareció por la bocana de vestuarios y éste se vio obligado a corresponder a la grada con gestos de agradecimiento.

Hubo dos canteranos en la sesión, Noguera y Javi Manquillo, del Atlético B, mientras que Silvio y Diego Costa comparecieron en el terreno de juego con Oscar Pitillas para realizar trabajo alternativo. Diego Ribas que salió al terreno de juego para trabajar con todos, se tuvo que retirar por un proceso febril.

Diego Pablo Simeone trabajó en esta primera sesión con Germán Burgos y Juan Vizcaíno como ayudantes, además de Oscar Ortega como preparador físico. Para empezar, la primera sesión tuvo mucho trabajo físico con balón. El nuevo técnico rojiblanco hizo hincapié en la presión al rival en todos los ejercicios, ya fueran rondos tradicionales o más grandes, cuando hizo tres grupos en una banda en la mitad del terreno de juego y uno era el que tenía que presionar al rival. 

Uno de los momentos que más deseaban los aficionados fue el partidillo que disputaron los jugadores en espacio reducido, en el que se pudieron ver jugadas muy rápidas y con calidad tanto por los porteros como por los rematadores.