"El Atlético tiene un trabajo colectivo que da gusto verlo"
Iselín Santos Ovejero vistió la camiseta rojiblanca durante cinco temporadas. En su etapa de jugador en nuestro club logró alzar dos Ligas y una Copa de España. Años más tarde ocuparía el banquillo del Vicente Calderón, sumando una Copa del Rey a su palmarés y después también ganó otra Copa del Rey siendo segundo de Luis Aragonés.
OVEJERO
Nombre: Iselín Santos Ovejero
Fecha y lugar de nacimiento: 16 de octubre de 1945, Mendoza (Argentina)
Temporadas en el Atlético de Madrid: 5
Partidos oficiales disputados: 108
Palmarés: 2 Ligas y una Copa de España como jugador; 1 Copa del Rey como entrenador.
¿Cuál ha sido tu mejor recuerdo como rojiblanco? ¿Qué diferencias encuentra entre el actual Atlético y el que usted vivió en su ciclo profesional?
“Han sido muchos. He tenido la suerte de ser campeón y cuando eres campeón es la máxima expresión de alegría del futbolista. He tenido varios”.
¿Qué momento de la historia del club elegiría como el mejor?
“Creo sinceramente que no se trata de algo determinado para poderlo definir, pero la consecución de títulos, y no solo en mi época si no ahora mismo, te hace pensar que este equipo sigue siendo grande. Es como si hubiera sido un monstruo gigante dormido que ahora ha despertado. De quince o veinte años para atrás hasta ahora, ha despertado”.
¿Con qué jugador actual se identificaría?
“La verdad es que me identifico con todos porque tienen un trabajo colectivo que da gusto verlo y entonces te enamoras de todos. Desde el más famoso al menos famoso. Ahora pasa como en nuestra época, que no había determinados famosos, ni estrellas ni súper estrellas pero éramos todos del mismo color y formábamos un equipo muy colectivo como es el de ahora”.
“Se parecen bastante. Veo que funciona muy bien la entrega por parte de todos y veo que funciona muy bien el toque. En nuestra época también había gente que le gustaba ganar partidos y eso de ganar es muy importante. En aquel momento nosotros queríamos ganar y ahora ocurre exactamente lo mismo. Por eso se parecen bastante”.
¿Qué añora de su etapa como jugador en el club?
“Lo que más añoro es no poder estar ahí. Eso es lo más triste que hay. Lo demás me alegro siempre de los títulos porque soy un atlético empedernido, como mi familia, y me alegra cualquier aspecto en el que el Atlético esté brillando. Y por suerte, con Simeone lo hemos conseguido, que se despierte el gigante”.
¿Qué es lo que Simeone ha aportado a este equipo para lograr vivir este momento actual?
“Creo que ha aportado fundamentalmente, a parte de un trabajo muy serio porque para conseguir todo lo que ha conseguido hay que trabajar muy en serio, ha conseguido mentalizar a la gente de manera que todos vayan en el mismo coche para llegar al mismo sitio que se ha propuesto. Y la propuesta de Simeone es muy importante. Cuando veía al Atlético de Madrid luchar por esa Liga que ha ganado y de la que es vigente campeón, compitiendo con esos dos coches que eran dos Ferraris… Nosotros no teníamos Ferraris pero con ese amor propio, que empieza por el entrenador y sigue por los jugadores, se consiguió una Liga que parecía imposible sabiendo estar, aguantar, sufrir, ser ordenados y sacrificados. Y así se consiguen las cosas porque no se regala nada y mucho menos los dos equipos con los que se compitió porque tienen mucho potencial".
¿Cómo valora la evolución del club desde su llegada hasta el día de hoy?
“El Atlético siempre ha sido un equipo ordenado en sus actitudes y formas. Ha sido un equipo donde he hablado con muchísima gente que ha venido de fuera y te dice que este equipo te abre los brazos y te hace cogerle un cariño muy grande. Todo esto se va consiguiendo con el tiempo, no es una cuestión de un año ni dos. El Atlético siempre ha trabajado en este aspecto como si hubiera ido poco a poco atendiendo y hoy está arriba, donde merece estar y donde mereció estar siempre. Nos lo hemos ganado a pulso durante todas las épocas de los presidentes que han estado, de entrenadores y de jugadores. Entre todos han hecho que este equipo sea un equipo grande, fuerte y consistente, que no asusta que pueda perder o que le tiemblen las piernas a los jugadores si ataca el contrario”.
¿Qué pasos debe seguir el club para seguir creciendo?
“La verdad es que es una pregunta bastante amplia porque se trata de analizar mucho tiempo pero creo que es el espíritu de sacrificio. Si miramos en el aspecto de grupo, el sacrificio es el potencial más importante que tiene, a parte de la gente que lo dirige que tienen esa seriedad que el club necesita. Hay que esperar que pase el tiempo y esperar a que continúe gente que se deje el alma en cada partido con entrenadores como Simeone que transmiten tanto como él, porque es un aspecto muy importante. Prueba de ello son los títulos que hemos ganado con él”.
¿Qué sueño tiene Ovejero como atlético a corto plazo?
“Mi sueño es seguir siendo del Atlético y cualquier favor que el club me pida, ahí estaré. No hay nada más. Mi sitio en el Atlético pasó más allá de treinta años y me he dejado todo aquí con gusto, además. Estoy encantado de festejar con este equipo. Hace poco me crucé con Simeone y nos dimos un abrazo gigante en el cual le decía yo que era como si hubiera sido una cosa mía todo lo que hemos conseguido y que siguiera adelante como él acostumbra. Me encantó y me emocionó cruzarme con él. Y seguir soñando con que el Atlético de Madrid siga ganando cada partido que juegue”.